ATAJOS


ATAJOS

Nos separan, 
tres esquinas del barrio 
y aún asi me pierdo en las aceras, 
buscando tus labios. 

Tus ojos son palabras, 
que miran sin hablar, 
tus manos el refugio, 
de una noche de verano. 

Será que por eso te amo, 
porque el frío del otoño, 
poco a poco va llegando 
y sigo perdida entre aceras 
y el acero sin vida, 
de las farolas del barrio. 

Y sin querer voy buscado, 
los atajos que conducen a ti,
calle arriba... 
calle abajo... 

Hasta que un día sin buscar, 
cuando ya no pensaba en ti, 
pasas por delante de mi puerta
y yo me quiero morir. 

Otra vez revuelves mis instintos, 
yo que creía haberte olvidado, 
vas y apareces, 
a tres esquinas del barrio. 
©Montserrat García Pino 

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