AQUEL ÚLTIMO CAFÉ
AQUEL ÚLTIMO CAFÉ.
Aún recuerdo tu sonrisa,
cada vez que me mirabas,
acampanada por la brisa,
que entraba por la ventana.
Tus labios llenos de besos,
tu barba recien cortada,
tus ojos un bosque oscuro,
donde se perdía mi mirada.
Y aquel café...
nuestros desayunos hambrientos,
piel a piel,
donde no poníamos frenos al placer.
Aún recuerdo tu nombre
y el sabor de tu piel,
la suavidad de tus manos,
que a mí me hacían crecer.
El bosque donde nos amamos,
aquella primera vez
y los árboles mudos observando,
como devorabas mi piel.
Aún recuerdo el aroma,
de aquel último café,
con su sabor amargo,
amargo como la hiel.
Café de despedida,
que derramaste sobre el mantel
y con la mirada perdida,
me dijiste...
que no podías volverme a ver.
Y aún lo recuerdo...
como si fuese ayer,
porque mi corazón me dice,
que no te ha dejado de querer.
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