TORMENTAS DE UNOS OJOS GRISES

ME DEVOLVISTE LA VIDA.

Como no haber comprendido antes,
que yo no tenía derecho a poseerte.
Que tu fuerza era la locura de mis miedos
y tu música la fuerza de mi mente.
Sé que te perdí por el camino
y tonta de mí no tirar miguitas de pan.
Oí la lluvia una tarde
y creí que volvías,
pero abrir la ventana
y la casa se quedó aún más vacía.
Ahora tengo miedo de que tu recuerdo se haga realidad
y mi mente vacía imagine,
que tú aún estás.
Oí tu perro ladrar como cada tarde cuando venías,
me ilusioné hasta que me di cuenta,
que desde que te fuiste él vivía conmigo,
que me dejaste lo único que calentaba mis pies,
en los inviernos fríos.
Y ahora sé que duermes abrazado a otra
y también sé que aunque más bella,
nunca te dará todo aquello,
que aún me quedaba por entregar.
De nadie, ahora soy de nadie,
solo soy de la soledad,
que un día sin esperarlo,
se hizo mi compañera.
Y aunque sigo aquí esperando,
creo que solo es una quimera.
De sueños y soledades voy sembrando mi camino,
esperando que crezca este corazón frío.
Y voy buscando en cada hombre,
a ese que fue mío
y aunque sin hallarlo,
sigo mi camino.
Te quiero y no te quiero,
tú dejaste de quererme
y por eso aún me queda la duda,
de si me ha encontrado la muerte.
Porque vivir en este estado,
con pensamientos inertes,
sin entender si algún día,
podré tenerte.
Ya ha llegado el otoño,
un año ya sin verte,
viviendo en el infierno,
viviendo en mi presente.
Y cuando ya creí que nunca más te vería,
abrir los ojos y ahí estabas,
con la mirada perdida
y en sólo unos instantes...
Me devolviste la vida.

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