SIEMPRE TÚ


SIEMPRE TÚ 

Y cuando por fin nos quedamos solos,
después de esta fiesta que unió nuestras almas
y nuestros cuerpos, 
el jardín del deseo floreció. 

Llegaron los besos más dulces,
las lágrimas de alegria
y los sentimientos más puros. 

Tú eras mía y yo tuyo,
con las alas dispuestas para volar,
sabiendo en todo momento, 
donde se encontraba nuestro nido.

Nuestro camino se unió en uno solo,
con proyectos juntos,
con mil batallas que sortear. 

Y el paso de los años, 
nos mantenía más unidos, 
saboreando el fruto de nuestro amor, 
nuestros hijos. 

Y ahora que aprendieron a volar
y nuestros cuerpos ya no son los mismos, 
he de decirte una gran verdad, 
vendigo el día en que nos conocimos. 

Fuiste tú quien me enseñó a amar, 
quien guió mi camino, 
la que me regaló cada despertar, 
siempre tú, amor mío. 

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