DIME
DIME
Dime si es pecado,
sentir el roce de tu piel,
cuando estás a mi lado
y las mariposas ansiosas,
despiertan todas a la vez.
Dime... si es que te amo,
cuando clavas tus ojos al atardecer
y el sol se despide cansado.
Dime... si es normal sentir tus abrazos,
cuando tú, a lo lejos,
sueles aparecer.
Y dime cual fue el hechizo,
de que manera lograste,
que en sueños me hicieras estremecer.
Cuando tú nunca me has pensado,
nunca me has mirado con los ojos del querer.
Será que dejé de estar en este mundo,
abandona en mis sueños,
ansiosa y temerosa,
de perder.
Dime si es pecado,
soñarte una y otra vez,
cuando el sueño divino,
resbala por mi piel.
Cuando aún sabiendo que no eres mío,
no dejo de sentir tu ser
y el sabor de tus labios,
se agita frente a los míos sin razón.
Dime que me he enamorado,
que la lucha la he perdido,
que no hay batalla más dura,
frente al horizonte de miel.
Dime que no me amas,
que ya antes has sufrido
y no quieres volver a perder.
Que el engaño te hace daño
y frente a mis ojos no puedes ver,
todos mis antojos,
ni mis delirios de mujer.
Que no quieres hacerme daño,
que solamente eres un extraño,
que pasó frente a mí,
alguna vez.
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