LA NOCHE ESTRELLADA


LA NOCHE ESTRELLADA

Me senté al borde del abismo, 
contemplando la nada, 
el silencio oculto, 
entre los sonidos más callados, 
sus miserias derramaba. 
 
Y sin despertar de ese sueño, 
que me tiene atrapada, 
estallé, 
grite con fuerza a la nada, 
que callada, 
me lo devolvió como un eco. 

Sin apenas fuerza, 
así me llegaba 
y retumba una y otra vez, 
en la noche estrellada. 

Con calma, 
allí sentada, 
escudriñé lo que pasaba
y es que el mundo no se detiene. 

El reloj de arena no se para, 
el agua del pequeño riachuelo, 
baja brava
y eso me hace pensar, 
que esta vida se acaba. 

Caducó el corto viaje, 
que la vida me regalaba
y sin remedio alguno, 
la noche continuará sin mí, estrellada. 

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