LA NOCHE ESTRELLADA
LA NOCHE ESTRELLADA Me senté al borde del abismo, contemplando la nada, el silencio oculto, entre los sonidos más callados, sus miserias derramaba. Y sin despertar de ese sueño, que me tiene atrapada, estallé, grite con fuerza a la nada, que callada, me lo devolvió como un eco. Sin apenas fuerza, así me llegaba y retumba una y otra vez, en la noche estrellada. Con calma, allí sentada, escudriñé lo que pasaba y es que el mundo no se detiene. El reloj de arena no se para, el agua del pequeño riachuelo, baja brava y eso me hace pensar, que esta vida se acaba. Caducó el corto viaje, que la vida me regalaba y sin remedio alguno, la noche continuará sin mí, estrellada.